Un Santuario de Energía Viva: Entre Cuarzos, Rituales y Sabiduría Ancestral
En medio del desierto místico de Cachiche, sobre una tierra que guarda secretos desde tiempos inmemoriales, se alza un espacio de poder y transformación: el Centro Místico de Miguel Comingez. No es un centro común. Aquí, las prácticas espirituales se entrelazan con la energía de la tierra, el universo y lo más profundo del ser.
En el corazón de este santuario se encuentra una pirámide de piedra coronada con una punta de cuarzo, diseñada para amplificar la energía, equilibrar los campos vibracionales y elevar la conexión espiritual durante las limpiezas energéticas. Es aquí donde se realiza uno de los rituales más sagrados: la purificación del cuerpo y el alma, un proceso de liberación que elimina bloqueos, envidias, miedos y memorias que ya no te pertenecen.
Debajo de este lugar, se oculta un sótano ceremonial: un recinto cargado de fuerza, donde la oscuridad da paso al brillo de los minerales, cuarzos, amuletos y símbolos esotéricos que Miguel ha consagrado a lo largo de décadas de práctica. Cada objeto tiene un propósito, cada elemento resuena con una frecuencia distinta. Es un altar subterráneo donde conviven el esoterismo andino, la alquimia, la metafísica y la energía universal.
Allí se enseñan y se viven principios de la metafísica práctica, se canaliza energía, se medita, se visualiza, se limpia y se programa. Es un espacio para renacer desde adentro.
Junto a estas prácticas, los baños de florecimiento se convierten en verdaderas ceremonias de apertura espiritual. Las flores, las hierbas, el agua consagrada y las oraciones crean un campo vibratorio que limpia, protege y renueva. Es una celebración del alma.
Y en cada sesión de lectura de manos o lectura de cartas, el visitante no solo recibe una interpretación. Recibe un mensaje. Una guía que viene del universo, una herramienta para reconectar con su propósito y tomar decisiones desde la claridad.
Este no es un centro turístico cualquiera. Es un templo de energía viva, donde cada rincón, cada piedra y cada palabra están al servicio del despertar espiritual.